
El Extranjero, de Albert Camus
“Hoy ha muerto mamá…” es la primera frase con la que se encuentra el lector al comenzar a leer El Extranjero, la novela escrita por Albert Camus publicada en el año de 1942, casi simultáneamente a su ensayo El Mito de Sísifo.
El Extranjero cuenta la historia de un hombre, Mersault, un argelino que nos presenta su vida sin rebeldía ni esperanza, el cual es condenado, debido a su forma de actuar, callado ante las indicaciones que se le dan a lo largo de su vida quienes tratan de ayudarlo (su novia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo). Sólo gusta de decir lo poco que en su opinión llega a tener sentido.
Mersault es un ser indiferente hacia la vida, prisionero de este mundo, un ser caído en el mundo (al modo heideggeriano) y será condenado por el sol, importante en todos los actos de interés en la novela. Esta indiferencia nos da un reflejo de lo que en todos y cada uno de los individuos llega a pasar a lo largo de la existencia.
En la cotidianidad se forman hábitos, la vida se queda en la rutina: “Despertar, tranvía, cuatro horas de oficina o de fábrica, comida, tranvía, cuatro horas de trabajo, cena, sueño, y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, y sábado al mismo ritmo, es una ruta fácil de seguir la mayoría del tiempo”.
Esto le pasa a Mersault, al cual solamente la perspectiva y la noticia de su muerte parecen darle felicidad. El porqué nunca es tomado en cuenta. La historia va de la muerte de su madre al encuentro con su ex novia; de una plática con el vecino a la muerte de un árabe; de la sonrisa de su mujer a la idea de su misma muerte y de su soledad a la pelea con un cura.
Camus realiza en esta novela la representación del hombre enajenado y perdido en el mundo sin esperanza, pero que, sin duda, hace mantener al lector en la fascinación de su obra.
La narrativa, ensayo, teatro y periodismo invitan al lector a indagar en las obras y filosofía de Albert Camus. Los diversos ensayos como sus novelas y obras de teatro son, a su vez, complementarios unos de otros.
Los temas del absurdo, del suicidio, de la rebeldía, del exilio, tanto como los valores morales, son tratados y representados por cada uno de los personajes en las diferentes obras, siempre dando al lector y al individuo que sigue su forma de pensar los diversos caminos que se nos presentan a lo largo de la vida, nunca encasillándose en un solo camino, o en una sola perspectiva; es al parecer lo que hace interesante adentrarse al pensamiento de uno de los ganadores del Premio Nobel de literatura.
Su muerte prematura, igual de absurda que la muerte de Mersault, apenas a los 47 años en un accidente automovilístico, nos deja con cuestiones aún relevantes para las ideas actuales en la filosofía y en la vida cotidiana. Es, sin embargo, uno de los autores que invitan a plantearnos el “porqué” y a pensar en el absurdo de la vida y del mundo.
Tras otro momento de silencio murmuró que yo era extraño, que sin duda me amaba por eso mismo, pero que quizá un día le repugnaría por las mismas razones…
Libro recomendado por Rusby Daniel Acuña
“Hoy ha muerto mamá…” es la primera frase con la que se encuentra el lector al comenzar a leer El Extranjero, la novela escrita por Albert Camus publicada en el año de 1942, casi simultáneamente a su ensayo El Mito de Sísifo.
El Extranjero cuenta la historia de un hombre, Mersault, un argelino que nos presenta su vida sin rebeldía ni esperanza, el cual es condenado, debido a su forma de actuar, callado ante las indicaciones que se le dan a lo largo de su vida quienes tratan de ayudarlo (su novia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo). Sólo gusta de decir lo poco que en su opinión llega a tener sentido.
Mersault es un ser indiferente hacia la vida, prisionero de este mundo, un ser caído en el mundo (al modo heideggeriano) y será condenado por el sol, importante en todos los actos de interés en la novela. Esta indiferencia nos da un reflejo de lo que en todos y cada uno de los individuos llega a pasar a lo largo de la existencia.
En la cotidianidad se forman hábitos, la vida se queda en la rutina: “Despertar, tranvía, cuatro horas de oficina o de fábrica, comida, tranvía, cuatro horas de trabajo, cena, sueño, y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, y sábado al mismo ritmo, es una ruta fácil de seguir la mayoría del tiempo”.
Esto le pasa a Mersault, al cual solamente la perspectiva y la noticia de su muerte parecen darle felicidad. El porqué nunca es tomado en cuenta. La historia va de la muerte de su madre al encuentro con su ex novia; de una plática con el vecino a la muerte de un árabe; de la sonrisa de su mujer a la idea de su misma muerte y de su soledad a la pelea con un cura.
Camus realiza en esta novela la representación del hombre enajenado y perdido en el mundo sin esperanza, pero que, sin duda, hace mantener al lector en la fascinación de su obra.
La narrativa, ensayo, teatro y periodismo invitan al lector a indagar en las obras y filosofía de Albert Camus. Los diversos ensayos como sus novelas y obras de teatro son, a su vez, complementarios unos de otros.
Los temas del absurdo, del suicidio, de la rebeldía, del exilio, tanto como los valores morales, son tratados y representados por cada uno de los personajes en las diferentes obras, siempre dando al lector y al individuo que sigue su forma de pensar los diversos caminos que se nos presentan a lo largo de la vida, nunca encasillándose en un solo camino, o en una sola perspectiva; es al parecer lo que hace interesante adentrarse al pensamiento de uno de los ganadores del Premio Nobel de literatura.
Su muerte prematura, igual de absurda que la muerte de Mersault, apenas a los 47 años en un accidente automovilístico, nos deja con cuestiones aún relevantes para las ideas actuales en la filosofía y en la vida cotidiana. Es, sin embargo, uno de los autores que invitan a plantearnos el “porqué” y a pensar en el absurdo de la vida y del mundo.
Tras otro momento de silencio murmuró que yo era extraño, que sin duda me amaba por eso mismo, pero que quizá un día le repugnaría por las mismas razones…
Libro recomendado por Rusby Daniel Acuña